Rincón tauro deportivo

Pedro Mari Azofra

Darío perdió con Altuna y Zabala avanza en serio

Ya no me sorprende que en algunos diarios ni siquiera mencionan los partidos “teloneros” o los de final del programa. En el segundo caso igual terminan un poco tarde... para enviar a la redacción. Pero en el primero... Bueno. A veces les dedican ocho o diez palabras con el resultado. No solo importan los de arriba sino los que pueden llegar.

Creo que el día de “la finalísima” eterna de la COVID-19, el partido de Salaverri y Darío, contra Peña y Galarza, merecía un puñadito de líneas. Al menos mencionarlo. Tuvieron momentos muy buenos los riojanos pero creo que falta mentalización. No se pueden tirar tantos que “no llevan nada”. Ni fallar pelotas simples. Distinto es que te las ganen bien jugadas. Otra cosa. El 90  % de los guantazos llevan la pelota con la misma dirección y al mismo terreno. Sobra la media cancha de la derecha del 1 al 5... para todos. Con el “cacho” que hay para “largas al ancho” y lo que cuesta llevarlas. No solo a Galarza. Es fácil escribir. Los dos riojanos tuvieron buenos momentos... pero hay que ganar. Si se puede dirán los listos ¡Claro que pueden!

Zabala estuvo muy bien en el mano a mano y ganó con todas las de la ley que no es otra que resistir y tratar de apuntillar aprovechando las ocasiones “fáciles”... y no tirarlas. Ahí tenemos una esperanza ya que si son eliminatorias para campeonatos tiene aliciente y el paisanaje atrae. La Rioja espera y necesita profesionales “arriba”.

Jaka es el campeón manomanista y ganó con toda justicia a un Altuna desconocido. Me agrada que en las “filas” de arriba se instale gente nueva, por mérito. Todos esperábamos que arrasara Jokin pero Erik se llevó la boina. Qué miedo le vino cuando pasando un saco de tantos se le aproximó el “águila”... que estuvo desacoplado y desconocido.

En la final de parejas, campeones Ezkurdia y Martija. A tenor de lo visto, con toda justicia. Martija estuvo perfecto pasando a Olaizola, buscando altura, tocando bien, perdiendo pocas y cruzando largo a Urruti. Ezkurdia aguantó, cortó, ayudó y remató a pelota entregada. Los dos trataron de acogotar a Urruti, que demasiado paró para ser delantero, y pasar a Olaizola sin dejarlo en su juego. A pesar de ello hizo algún buen tanto... de despedida.

Y llega el comentario de los inteligentes: “Así... cualquiera. Ya me gustaría ver el partido con los zagueros cambiados”. La ciencia no descansa.

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